Categoría: noticias
Fecha: 02/02/2016

Llegan los meses de verano y por supuesto, quién no quiere escapar de la ciudad y disfrutar de días de playa, relajo y sol. Pero todo quien trabaja, sabe que sólo son 3 semanas (para la mayoría de los chilenos por lo menos) las que se tienen para vacacionar. Y es que son muchas las personas que se quedan en Santiago los meses de enero y/o febrero laburando.

Por más que parezca negativo y aunque por cierto, no es lo ideal, ya que toda persona necesita descansar, quedarse en la ciudad trabajando sí tiene algunos beneficios. Según el sitio español Infosalus, «el buen clima, más tranquilidad en el lugar de trabajo y menos interrupciones favorecen nuestra capacidad para innovar». Así pues, trabajar en el verano, o por lo menos darse el espacio para realizar actividades en el marco laboral, pero de manera más distendida o fuera de la oficina, permite generar mayor concentración, un espacio de creatividad e incluso fortalecer lazos con quienes quedan en la ciudad.

Además, según biólogos y entendidos en el tema de los ritmos circadianos, la luz solar genera en el ser humano sensación de bienestar ya que estimula  las terminaciones nerviosas de la piel, lo que produce reacciones beneficiosas sobre el cerebro, y por ende contribuye también a mejorar el rendimiento laboral.

En este contexto, el Centro de Convenciones de Santiago, Espacio Riesco, ofrece una oferta especial para quienes se quedan en la ciudad. «Frente al hecho de que muchas personas no salen de vacaciones en verano, quisimos darle la oportunidad a todas las empresas de sacar provecho de eso y utilizar nuestros salones para realizar workshops o jornadas laborales fuera de la oficina y hacer el día más entretenido y novedoso», explicó Vilma Granifo, Jefe de Ventas de Espacio Riesco.

Paralelamente, el tiempo estival es perfecto para combinar trabajo y ocio,  tomarse el tiempo para realizar actividades deportivas o familiares en las tardes, viajar los fines de semana y combinarlo con la oficina en las mañanas y el término de pendientes. Puede ser tomado también, como un buen momento para organizar el año que se avecina y comenzar con el pie derecho.